El otro día me puse a ver fotos viejas.
De esas que aparecen sin que las busques, como si quisieran contarte algo.
Vi una en la que tenía el cabello más corto, una mochila al hombro y una mirada que decía “ya casi estoy lista”.
Recuerdo ese día. Estaba a punto de tomar una decisión importante.
No la tomé.
Elegí otra cosa.
Y no es que me arrepienta… pero me quedé pensando: ¿Qué habría pasado si…?
—Ajá, ya vas a empezar con tus novelas paralelas —interrumpió Lucrecia—. La vida que no viviste no necesita secuela.
—Shhht... Estoy reflexionando —respondo, mientras sigo deslizando las fotos.
—No, estás torturándote de forma poética. Y lo peor es que hasta te sale bonito.
Me reí. Porque tal vez tenía razón.
Pero igual lo pensé:
Cada decisión que tomamos abre un camino… y cierra otro.
Y ese camino que no tomamos no desaparece.
Se queda ahí.
Como un barco fantasma navegando en otra dirección.
En ese barco, vive otra versión de ti.
Una que eligió diferente.
Que dijo sí cuando tú dijiste no.
Que se fue cuando tú te quedaste.
Nunca sabrás con certeza quién serías si hubieras subido a ese otro barco. Y ahí está el hechizo: la vida que no fue, solo existe en tu imaginación.
Y sin embargo... a veces pesa.
Porque lo desconocido siempre tiene ese brillo misterioso.
Uno que encandila, aunque no sea real.
¿Y si esa yo es más feliz que yo?
—O está mareada y vomitando sobre la borda, tú no sabes —responde Lucrecia con su característico tonito burlón.
Ahí solté la carcajada… y también un poco de culpa.
Porque entendí que ese barco fantasma puede acompañarnos… pero no puede guiarnos.
Entonces hice lo que mejor sé hacer:
Escribir.
Hice dos listas:
Una con mi vida real.
Y otra con lo que imagino de mi “yo alternativo”.
Las miré un rato y me di cuenta de que la primera era concreta. Llena de momentos que realmente viví.
La otra… era solo una hermosa hipótesis.
Y luego me pregunté: ¿Qué puedo hacer hoy con lo que sí tengo?
Porque nunca conoceremos la vida que no elegimos… pero podemos enamorarnos de la que sí estamos viviendo.
Y si mañana eliges diferente, tampoco pasa nada.
Tu barco. Tu ruta.
Así que navega.
A tu modo, a tu ritmo.
Con sol, con mareas y con muchas historias que todavía no has escrito.
Si te animas a hacer este ejercicio te aseguro que tu mapa mental será mucho más claro ❤️✨
Pero antes, relájate un chingo, que no hay brújula más certera que la que nace desde dentro.
Ya sabes que te lo digo porque te quiero 😘
¿Nos conocemos? 🙃
Si quieres saber un poco más del “contenedor de Lucrecia” es Aquí ✨
Siempre queda la curiosidad de lo que pudo haber pasado. A veces viajamos allá en momentos difíciles del presente, tratando de justificar el por qué de nuestros fracasos o estancamientos. De ahí nace el famoso, "estaría mejor" o "esto no me hubiera pasado" pero concuerdo contigo. Tenemos que concentrarnos en el presente, en lo que estamos viviendo y que nos falta por hacer. Siempre un honor leerte. Un abrazo!!!
Gracias por este texto!! ❤️❤️❤️